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1. Balance general

El balance general muestra la situación financiera de una entidad en un momento específico. Se compone de tres partes fundamentales:

1. Activos. Representan lo que posee la empresa y se dividen en:

  • Activos corrientes (o circulantes): bienes y derechos que se espera convertir en efectivo o consumir en menos de un año, como el efectivo, cuentas por cobrar y inventarios.
  • Activos no corrientes (no circulantes): bienes y derechos que se mantienen por más de un año, como propiedades, planta y equipo, y activos intangibles.

2. Pasivos. Obligaciones que la empresa debe pagar en el futuro. Al igual que los activos, se clasifican en:

  • Pasivos corrientes: deudas y obligaciones que se deben pagar en menos de un año, como cuentas por pagar y préstamos a corto plazo.
  • Pasivos no corrientes: deudas a largo plazo que se pagarán en un período superior a un año.

3. Patrimonio. Representa los recursos que aportan los propietarios más las utilidades retenidas. Este es el residuo que queda después de restar los pasivos de los activos.

La ecuación fundamental del balance es:
Activos = Pasivos + Patrimonio

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